Pese a la oposición mayoritaria de la ciudadanía, la Xunta sigue sin ilegalizar la caza del zorro. PACMA continúa trabajando para intentar prohibirla.
En PACMA seguimos luchando para poner fin a la cruel caza del zorro en Galicia, que cada año acaba con la vida de más de 12.000 raposos. Para acabar con la violenta persecución y muerte de los zorros, PACMA presentó ante la Xunta de Galicia en 2019 una solicitud exigiendo:
Por un lado, alegan que se trata de una medida para garantizar la conservación de la biodiversidad en estado silvestre, considerando al zorro una especie cinegética a la que se le pueden aplicar medidas de control por daños y la planificación que garantice la sostenibilidad de sus poblaciones.
En este sentido, Javier Nogueira Díaz, presidente de la Federación Galega de Caza, alega que las poblaciones de determinadas especies se han disparado en detrimento de otras, por lo que «hace necesario que se realice un control poblacional sobre dichas especies, en este caso el zorro».
Miente. Numerosos estudios demuestran que la eliminación de individuos y la presión cinegética no se traduce en una reducción de sus poblaciones, ya que se recupera el número de individuos original. En Navarra, por ejemplo, pese a la caza del zorro, la población aumentó de 1.600 ejemplares en 1992 a 3.600 en 2010. Esto es debido a los numerosos mecanismos compensatorios del zorro, asociados a su capacidad reproductiva, su estructura social y la adaptación de su alimentación.
Por otro lado, la propia resolución de la Xunta de Galicia cae en contradicciones, ya que primero establece la realización de batidas para minimizar el efecto negativo de las repoblaciones cinegéticas y después asegura que la población de zorros tiende al equilibrio natural. Además, la Consellería de Medio Ambiente carece de un solo trabajo científico independiente para justificar ese control poblacional, ya que el estudio presentado para avalar esta cacería, «O raposo en Galicia», ha sido realizado por el observatorio de caza, dependiente de la Federación de Caza, y elaborado por un miembro del propio club de caza. Dicho estudio carece de todo rigor científico y práctico, resultando un documento totalmente sesgado que se ajusta a los intereses del violento colectivo.
La presidenta de PACMA, Laura Duarte, explica que «no hay argumentos científicos (ni de control poblacional, ni de protección de especies, ni de equilibrio medioambiental) que puedan justificar la caza de zorros». Añade que «quienes salen al monte con escopeta se han apoderado del medioambiente. Al 99% de los gallegos y gallegas nos han desposeído de la posibilidad de disfrutar libremente y con seguridad del monte, de los animales y del entorno privilegiado de Galicia».
El zorro es constantemente señalado como el causante de la disminución de las liebres, las perdices y otras especies silvestres, como excusa para justificar su persecución a manos de los cazadores. Sin embargo, los causantes reales del declive de estas poblaciones son otros, como la agricultura intensiva, la expansión del monocultivo, las enfermedades como la hemorrágica vírica o la presión cinegética.
Los zorros practican una depredación compensadora, es decir, cuando la densidad de un tipo de presas es baja, la caza de las mismas se reduce y buscan alternativas.
Como colofón al brutal sinsentido de la caza del zorro en Galicia, cabe destacar que actualmente se ha producido en la provincia de Lugo un aumento de la población de las ratas topo. El Sindicato Labrego Galego defiende que la presión ejercida por los cazadores sobre el zorro puede ser el origen del aumento del número de roedores. Por su parte, la Federación Rural Galega advierte que la situación se agravará si se permite la batida de raposos, que suponen la mejor arma para el control biológico de las ratas topo, y recrimina a la Xunta por apoyar la irresponsabilidad de los certámenes de caza del zorro.
No podemos seguir consintiendo que los cazadores se sigan presentando «como la solución y nos cuenten la historia de que son los animales quienes se perjudican entre sí y han desequilibrado la naturaleza, cuando todos los datos constatan que precisamente es la caza la que ha perjudicado gravemente a los animales y el medio ambiente«, critica Laura Duarte. Por ello, PACMA continúa trabajando para conseguir la prohibición legal de los campeonatos de caza de zorros en Galicia.
En PACMA seguimos luchando para poner fin a la cruel caza del zorro en Galicia, que cada año acaba con la vida de más de 12.000 raposos. Para acabar con la violenta persecución y muerte de los zorros, PACMA presentó ante la Xunta de Galicia en 2019 una solicitud exigiendo:
- La revocación de las concesiones de caza del raposo en competición cinegética.
- El fomento de los valores de respeto y empatía animal en la educación.
- El cese de la financiación y apoyo de la Xunta de Galicia a la caza del zorro.
- La prohibición de la actividad cinegética como práctica deportiva.
Por un lado, alegan que se trata de una medida para garantizar la conservación de la biodiversidad en estado silvestre, considerando al zorro una especie cinegética a la que se le pueden aplicar medidas de control por daños y la planificación que garantice la sostenibilidad de sus poblaciones.
En este sentido, Javier Nogueira Díaz, presidente de la Federación Galega de Caza, alega que las poblaciones de determinadas especies se han disparado en detrimento de otras, por lo que «hace necesario que se realice un control poblacional sobre dichas especies, en este caso el zorro».
Miente. Numerosos estudios demuestran que la eliminación de individuos y la presión cinegética no se traduce en una reducción de sus poblaciones, ya que se recupera el número de individuos original. En Navarra, por ejemplo, pese a la caza del zorro, la población aumentó de 1.600 ejemplares en 1992 a 3.600 en 2010. Esto es debido a los numerosos mecanismos compensatorios del zorro, asociados a su capacidad reproductiva, su estructura social y la adaptación de su alimentación.
Por otro lado, la propia resolución de la Xunta de Galicia cae en contradicciones, ya que primero establece la realización de batidas para minimizar el efecto negativo de las repoblaciones cinegéticas y después asegura que la población de zorros tiende al equilibrio natural. Además, la Consellería de Medio Ambiente carece de un solo trabajo científico independiente para justificar ese control poblacional, ya que el estudio presentado para avalar esta cacería, «O raposo en Galicia», ha sido realizado por el observatorio de caza, dependiente de la Federación de Caza, y elaborado por un miembro del propio club de caza. Dicho estudio carece de todo rigor científico y práctico, resultando un documento totalmente sesgado que se ajusta a los intereses del violento colectivo.
La presidenta de PACMA, Laura Duarte, explica que «no hay argumentos científicos (ni de control poblacional, ni de protección de especies, ni de equilibrio medioambiental) que puedan justificar la caza de zorros». Añade que «quienes salen al monte con escopeta se han apoderado del medioambiente. Al 99% de los gallegos y gallegas nos han desposeído de la posibilidad de disfrutar libremente y con seguridad del monte, de los animales y del entorno privilegiado de Galicia».
El zorro es constantemente señalado como el causante de la disminución de las liebres, las perdices y otras especies silvestres, como excusa para justificar su persecución a manos de los cazadores. Sin embargo, los causantes reales del declive de estas poblaciones son otros, como la agricultura intensiva, la expansión del monocultivo, las enfermedades como la hemorrágica vírica o la presión cinegética.
Los zorros practican una depredación compensadora, es decir, cuando la densidad de un tipo de presas es baja, la caza de las mismas se reduce y buscan alternativas.
Como colofón al brutal sinsentido de la caza del zorro en Galicia, cabe destacar que actualmente se ha producido en la provincia de Lugo un aumento de la población de las ratas topo. El Sindicato Labrego Galego defiende que la presión ejercida por los cazadores sobre el zorro puede ser el origen del aumento del número de roedores. Por su parte, la Federación Rural Galega advierte que la situación se agravará si se permite la batida de raposos, que suponen la mejor arma para el control biológico de las ratas topo, y recrimina a la Xunta por apoyar la irresponsabilidad de los certámenes de caza del zorro.
No podemos seguir consintiendo que los cazadores se sigan presentando «como la solución y nos cuenten la historia de que son los animales quienes se perjudican entre sí y han desequilibrado la naturaleza, cuando todos los datos constatan que precisamente es la caza la que ha perjudicado gravemente a los animales y el medio ambiente«, critica Laura Duarte. Por ello, PACMA continúa trabajando para conseguir la prohibición legal de los campeonatos de caza de zorros en Galicia.