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Las medidas europeas han servido poco hasta ahora contra el declive de las abejas

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Las medidas adoptadas por la Unión Europea para conservar la biodiversidad han servido “poco” hasta ahora para revertir el declive de las abejas, según un informe del Tribunal de Cuentas europeo publicado este jueves.
“Desafortunadamente, las iniciativas tomadas hasta el momento por la UE para proteger a los polinizadores silvestres han sido demasiado flojas para dar resultado”, dijo Samo Jereb, miembro del tribunal responsable del informe.

En las últimas décadas, se ha reducido el número y la diversidad de polinizadores silvestres en la UE, que incluyen a abejorros, abejas, avispas, mariposas, polillas, coleópteros y moscas.

Los polinizadores “desempeñan un papel esencial en la reproducción de las plantas y las funciones del ecosistema, y su declive debe verse como una gran amenaza para nuestro medio ambiente, la agricultura y el suministro de alimentos de calidad”, señaló el tribunal.
Bruselas puso en marcha en 2018 una iniciativa sobre los polinizadores que, según los auditores, debe mejorar su gestión para lograr sus objetivos.

La Política Agrícola Común, según los auditores, “es parte del problema, no de la solución” y los requisitos ecológicos y de condicionalidad no han sido efectivos para detener la disminución de la biodiversidad en las tierras agrícolas.

Protección contra los pesticidas

Finalmente, los auditores también enfatizan que la legislación actual de la UE sobre pesticidas no ha podido ofrecer medidas adecuadas para proteger a los polinizadores.

Esas normas incluyen salvaguardas para proteger a las abejas melíferas, pero las evaluaciones de riesgos todavía se basan en una guía que está desactualizada y mal alineada con los requisitos legales y los últimos conocimientos científicos.

Además, la UE ha permitido a los Estados miembros continuar utilizando pesticidas que se consideran responsables de las pérdidas masivas de abejas.
Por ejemplo, entre 2013 y 2019 se otorgaron 206 autorizaciones de emergencia para el uso de tres neonicotinoides (imidacloprid, tiamethoxam y clothianidin), a pesar de que su aplicación había sido restringida desde 2013, y que su uso en exteriores está estrictamente prohibido desde 2018.

Los auditores recomiendan que la Comisión Europea evalúe la necesidad de medidas específicas para los polinizadores en el marco de la Estrategia de la UE sobre la biodiversidad hasta 2030, que integre mejor su protección en las normas sobre agricultura y que los tenga en cuenta en la evaluación del riesgo de los plaguicidas. EFEverde 

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