En Brasil, la Amazonía arde de nuevo. En los últimos días, se han registrado más de 5.860 incendios.
El número de fuegos aumentó en el mes de julio un 28%, respecto al año pasado, que ya había sido el peor de la historia. 2020 amenaza con batir el triste récord de deforestación e incendios.
"El fuego está fuera de control. Estamos tratando de socorrer a los animales y salvar algunas casas. Es lo más importante en este momento. Miren qué hemos hecho con la naturaleza, se ha convertido en humo y carbón", se lamenta este agricultor.
Estos incendios suelen ser provocados en los bosques recién talados para dedicar el terreno al cultivo de pastos y la cría de ganado ilícitos. El aumento de estos fuegos se produce a pesar de la Operación Brasil Verde iniciada a principios de año.
"En las zonas incendiadas que sobrevolamos hace menos de un mes se veía que en un año había comenzado a verdecer, incluso había animales y hasta ganado listo para comercializarse", explica Romulo Batista, activista de Greenpeace.
Este mes de julio ha sido el peor desde 2017. La Amazonía, la selva tropical más grande del planeta, se considera vital para frenar el calentamiento global.
Desde que el presidente Jair Bolsonaro asumió el cargo en 2019, la deforestación amazónica se ha incrementado en casi un 30%.
Euronews
El número de fuegos aumentó en el mes de julio un 28%, respecto al año pasado, que ya había sido el peor de la historia. 2020 amenaza con batir el triste récord de deforestación e incendios.
"El fuego está fuera de control. Estamos tratando de socorrer a los animales y salvar algunas casas. Es lo más importante en este momento. Miren qué hemos hecho con la naturaleza, se ha convertido en humo y carbón", se lamenta este agricultor.
Estos incendios suelen ser provocados en los bosques recién talados para dedicar el terreno al cultivo de pastos y la cría de ganado ilícitos. El aumento de estos fuegos se produce a pesar de la Operación Brasil Verde iniciada a principios de año.
"En las zonas incendiadas que sobrevolamos hace menos de un mes se veía que en un año había comenzado a verdecer, incluso había animales y hasta ganado listo para comercializarse", explica Romulo Batista, activista de Greenpeace.
Este mes de julio ha sido el peor desde 2017. La Amazonía, la selva tropical más grande del planeta, se considera vital para frenar el calentamiento global.
Desde que el presidente Jair Bolsonaro asumió el cargo en 2019, la deforestación amazónica se ha incrementado en casi un 30%.
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