MÉXICO
Con el hallazgo del cuerpo sin vida y decapitado de Julio Valdivia Rodríguez, México suma ya cinco asesinatos de periodistas este 2020. Reporteros sin Fronteras (RSF) pide tanto a las autoridades locales como a las federales que tomen medidas urgentes para reforzar la protección de los periodistas en el país y en particular en Veracruz, una de las regiones más peligrosas del mundo para la profesión.
En la tarde del miércoles 9 de septiembre de 2020, el periodista Julio Valdivia Rodríguez, de 41 años, fue encontrado sin vida a pocos kilómetros del municipio de Tezonapa, en el estado mexicano de Veracruz. Según las primeras informaciones recabadas por RSF, fueron los vecinos quienes dieron la voz de alarma tras descubrir el cadáver a unos metros de donde yacía la cabeza del periodista y junto a su motocicleta con el logotipo del periódico.
Julio Valdivia Rodríguez era corresponsal del periódico Diario El Mundo, para el que llevaba siete años cubriendo la actualidad en general. Al reactivarse la violencia en la región en 2020, en los últimos tiempos se había especializado en el periodismo conocido como de “Nota roja”, centrado principalmente en la delincuencia, los accidentes y los desastres naturales. Su último reportaje, publicado el 7 de septiembre de 2020, trataba sobre un conflicto armado entre la policía y un grupo criminal local.
"Un acto tan salvaje como este no puede quedar impune. Las autoridades de Veracruz deben identificar lo antes posible a los autores materiales y a quienes ordenaron este asesinato, y encauzar su investigación hacia el móvil profesional", declara Emmanuel Colombié, director de la oficina de RSF en América Latina. "La violencia que están sufriendo los periodistas de Veracruz desde hace más de una década es absolutamente espantosa. Hacemos un llamado a las autoridades locales y federales para que analicen la situación extremadamente vulnerable de los trabajadores de la información y hagan cuanto sea necesario para garantizar la seguridad de todos los periodistas de la región".
En 2015, Julio Valdivia Rodríguez fue beneficiario de algunas medidas del mecanismo local de protección de periodistas de Veracruz (la Comisión Estatal para la Protección a Periodistas en Veracruz, CEAPP), después de que fuera asesinado uno de sus compañeros, Armando Saldaña Morales, también de Tezonapa. Pero las medidas se le retiraron poco después y desde entonces Valdivia no había notificado al mecanismo de protección ninguna amenaza en particular.
Tezonapa es un municipio estratégico para los grupos criminales de la región, que compiten entre sí por el control y que, con este fin, establecen vínculos privilegiados con parte de la clase política de la ciudad y la localidad vecina de Cosolapa. Desde hace tres años, los secuestros, el tráfico de combustible, los intentos de extorsión y los asesinatos forman parte del día a día de la población.
Julio Valdivia Rodríguez es el quinto periodista asesinado en México en 2020. Los otros cuatro son Pablo Morrugares, Víctor Fernando Álvarez Chávez, Jorge Miguel Armenta Ávalos y María Elena Ferral Hernández, también en el estado de Veracruz, uno de los más peligrosos de México para la prensa (ver el informe sobre este asunto que RSF publicó en 2017), y donde ya han sido asesinados tres periodistas desde que asumió su cargo el gobernador Cuitláhuac García, el 1 de diciembre de 2018.
En 2019, diez periodistas fueron asesinados en relación con su actividad profesional en toda la nación, lo que convirtió a México en el país más mortífero del mundo para la profesión.
México ocupa el puesto 143, de 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 publicada por RSF.
En la tarde del miércoles 9 de septiembre de 2020, el periodista Julio Valdivia Rodríguez, de 41 años, fue encontrado sin vida a pocos kilómetros del municipio de Tezonapa, en el estado mexicano de Veracruz. Según las primeras informaciones recabadas por RSF, fueron los vecinos quienes dieron la voz de alarma tras descubrir el cadáver a unos metros de donde yacía la cabeza del periodista y junto a su motocicleta con el logotipo del periódico.
Julio Valdivia Rodríguez era corresponsal del periódico Diario El Mundo, para el que llevaba siete años cubriendo la actualidad en general. Al reactivarse la violencia en la región en 2020, en los últimos tiempos se había especializado en el periodismo conocido como de “Nota roja”, centrado principalmente en la delincuencia, los accidentes y los desastres naturales. Su último reportaje, publicado el 7 de septiembre de 2020, trataba sobre un conflicto armado entre la policía y un grupo criminal local.
"Un acto tan salvaje como este no puede quedar impune. Las autoridades de Veracruz deben identificar lo antes posible a los autores materiales y a quienes ordenaron este asesinato, y encauzar su investigación hacia el móvil profesional", declara Emmanuel Colombié, director de la oficina de RSF en América Latina. "La violencia que están sufriendo los periodistas de Veracruz desde hace más de una década es absolutamente espantosa. Hacemos un llamado a las autoridades locales y federales para que analicen la situación extremadamente vulnerable de los trabajadores de la información y hagan cuanto sea necesario para garantizar la seguridad de todos los periodistas de la región".
En 2015, Julio Valdivia Rodríguez fue beneficiario de algunas medidas del mecanismo local de protección de periodistas de Veracruz (la Comisión Estatal para la Protección a Periodistas en Veracruz, CEAPP), después de que fuera asesinado uno de sus compañeros, Armando Saldaña Morales, también de Tezonapa. Pero las medidas se le retiraron poco después y desde entonces Valdivia no había notificado al mecanismo de protección ninguna amenaza en particular.
Tezonapa es un municipio estratégico para los grupos criminales de la región, que compiten entre sí por el control y que, con este fin, establecen vínculos privilegiados con parte de la clase política de la ciudad y la localidad vecina de Cosolapa. Desde hace tres años, los secuestros, el tráfico de combustible, los intentos de extorsión y los asesinatos forman parte del día a día de la población.
Julio Valdivia Rodríguez es el quinto periodista asesinado en México en 2020. Los otros cuatro son Pablo Morrugares, Víctor Fernando Álvarez Chávez, Jorge Miguel Armenta Ávalos y María Elena Ferral Hernández, también en el estado de Veracruz, uno de los más peligrosos de México para la prensa (ver el informe sobre este asunto que RSF publicó en 2017), y donde ya han sido asesinados tres periodistas desde que asumió su cargo el gobernador Cuitláhuac García, el 1 de diciembre de 2018.
En 2019, diez periodistas fueron asesinados en relación con su actividad profesional en toda la nación, lo que convirtió a México en el país más mortífero del mundo para la profesión.
México ocupa el puesto 143, de 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 publicada por RSF.
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